Muy en boga está el dejarse “fluir” por la vida, dejar que las cosas sorprendan tu camino y no preocuparse por nada; me encantaría que esta frase fuera tan literal como suena pero es prácticamente imposible.
A veces o al menos en mi caso tengo tantas posibilidades para lo que quiero en mi cabeza que termino abrumada, sobre estimulada y un poco triste por tener tanto en la cabeza y no saber que hacer para tener todo de la noche a la mañana.
No me malinterpreten, es bueno tener muchas pasiones y muchas cosas en la lista de sueños por cumplir pero sin un itinerario, una agenda o algún tipo de enfoque no llegaríamos a ningún lado; estaríamos “ fluyendo” eternamente sólo fantaseando con lo que pudo ser.
Por eso me gusta mezclar ambas filosofías, realizar un enfoque específico por ámbito en mi vida pero dejando oportunidad a la sorpresa; ¿a qué carajos me refiero? Bueno pues, es más fácil tener un plan a corto plazo seguido de muchos otros planes que sólo pensar en el destino final y creer que sin hacer nada va a llegar.
No digo que la vida no sea extraña y sorpresiva la mayor parte del tiempo, porque efectivamente lo es, pero ese tiempo si nos sentamos a organizarlo y soñar en papel que haremos con todo el tiempo que tenemos, quizá ese sueño se materialice y si no, algo pasará porque ya hicimos el esfuerzo. Estamos llegando a donde queremos y si no llegamos igualmente ya nos movimos.
Como todo, es más fácil decirlo que hacerlo; apegarse a un sólo plan es imposible pero tener en mira lo que deseamos, sabiendo que es lo que tenemos que hacer ( lo que está en nosotros) para tenerlo en nuestra vida ahorra la mitad del proceso.
Es una chinga, pero prefiero fluir con un plan que fluir soñando sentada. ¿Y tú?
-cacho de humano
Comments