No suelo medir el impacto que tendrán en mi vida las cosas que hago hasta que las veo en retrospectiva. Hoy quiero escribirle a la mujer que vi en una videollamada en 2021 mientras yo casi me ahorcaba con una corbata (gran truco de magia).
La vida nos juntó en 2022 por causas tan especificas que me gusta pensar que si no hubiera pasado de esa forma por otro motivo nos hubieramos juntado. Le escribo a la mujer que me reta todos los días a hacer lo que quiero ( a dejar de decir que haré algo y realmente hacerlo) a la mujer de la cuál me enamoré en aquel inicio de año.
Dicen que el enamoramiento dura unos cuantos meses y que después podemos ver a las personas en todas sus facetas. Hoy puede decir que amo cada una de las facetas de Dafne tal y como son; amo su ser creativo y manual, a su ser doctora que se emociona por su carrera, a su ser impulsivo y mecha corta, también a su ser amoroso y compasivo, también su lado gracioso y sumamente inteligente. Todas sus aristas me parecen preciosas y hoy sé que todas mis aristas pueden y quieren convivir con ella en todo su esplendor.
Me encanta que con ella es todo o nada, no hay tintas medias; admiro su determinación y lo aguerrida que es. La admiro mucho y crecer junto a ella me parece de los placeres más grandes que me ha permitido la vida.
Espero que nuestro vínculo dure lo que a las dos nos venga bien, ella me viene bien y puedo pensar que yo le vengo bien a ella. Somos tan diferentes pero encajamos tan bien que hacemos un diagrama de venn ( no me cansaré de decirlo) que es de mis favoritos.
Me genera paz estar con ella y para mi es de lo más importante que una persona te puede generar; decido crecer a su lado hoy y agradezco que esa videollamada sucediera. Quien diría que aquí estaríamos año y medio después.
Amo cada partícula de ti, eres la persona más preciosa y gracias por estar cabrita.
Estás en todo lo que escribo.
-Un gran humano