Esta última semana me ha costado mucho no pensar en el pasado, en esas cosas de la vida de cada persona que ya no están; pienso tanto en las veces que me equivoqué, en las que pude haber dicho algo diferente o haber tomado otro camino.
Pienso todo esto mientras manejo viviendo mi vida actual, esa que no esperaba que sucediera de esta forma a inicios del año, que giró 180 grados y ahora se ve completamente diferente.
Nosotros somos un conjunto de las personas, cosas y experiencias que nos pasan. También nuestros errores forman parte de nosotros.
Los errores se cometen y hay dos caminos después de que pasan: aprendes o revives.
Esta semana he estado viviendo en mis errores, reviviéndolos en mi memoria, mortificándome por las veces que la cagué, cuando dañé a alguien que amo o amé muchísimo, cuando pude hacer algo y no lo hice, todas esas veces que simplemente me equivoqué.
Es inevitable revivir los errores pero qué tal si mejor dejo de victimizarme y hago algo al respecto; ahora sobre tus errores del pasado no puedes hacer NADA excepto cuidar no volverlos a cometer al tenerlos conscientes.
Al hacer algo consciente nos damos cuenta de que existe y por ende lo vemos; al ver nuestros errores podemos evitar cometerlos de nuevo.
Ofrezco una enorme disculpa si en el pasado un error mío te dañó, lastimó o hirió de alguna forma, no hay justificación.
Hoy elijo recordarlos mientras vivo, pero prefiero aprender a revivir sin hacer nada los momentos en que se me dió errar.
Es de humanos errar, aprende a soltar tus equivocaciones siempre y cuando te hagas responsable por ellas.
-cacho de humano
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