Desde hace ya casi un par de años estoy en una relación con la persona más asombrosa del mundo. Si les contara cómo nos conocimos tardaría más que un par de minutos de lectura corta, tardaría una tarde y el café de su preferencia.
El primer contacto que tuvimos fue simplemente de reconocimiento pero algo dentro de mi, ese día en esa videollamada, algo muy dentro de mi deseó conocerla; pero no sólo conocerla superficialmente sino cada una de sus capas.
Algunos meses más tarde en esta historia nos volvimos a encontrar ( estoy segura que nuestra historia de amor podría ser el plot para una comedia romántica de tan cliché que suena, pero es cierta y es nuestro cliché)
Ese encuentro pasó hace dos años y estoy tan agradecida de poder vivir un pedazo de mi vida con ella.
Hoy quise escribirle aquí porque tenía un par de semanas sin verla y hoy por fin pasé todo el día con ella y siempre que estamos juntas me queda más claro que es en donde debo estar, junto a ella es mi lugar y estoy casi segura que el de ella es junto a mí.
Pasar los días sin verla es algo difícil, más viniendo de una temporada de vernos todos los días aunque fuera un rato; la complicidad se construye así.
Agradezco cada segundo junto a D y después de dos años puedo afirmar que ese sentimiento de ese reencuentro sigue aquí cada vez que la veo, pienso o escribo.
Te amo chula, gracias por estar conmigo y ser mi cómplice más importante en este juego llamado vida.
¿Quien es tu cómplice más importante? La mía es D, no lo dudo ni un segundo.
-Cacho de humano
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