No hay nada que me calme y agobie más al mismo tiempo que saber que soy un puntito diminuto en el universo y que a nadie le importa lo que haga o diga. La canción "el sentido de la vida" del programa "El increíble mundo de Gumball" explica de una manera maravillosa este sentimiento.
Esta afirmación tiene dos puntos muy distntos que me gustaría desmenuzar. Por un lado tenemos el poder que te da que a los demás no les importe lo que haces; es algo tan liberador que nos permite hacer las cosas sin miedo a que se nos juzgue y también nos permite dejar de aplazar proyectos y experiencias por el temor de encajar con lo que los demás piensan.
Por otro lado también puede verse del otro lado completamente. Al no importar nada podemos caer en el supuesto de mejor no hacer nada, dejar a un lado todas nuestras aspiraciones y tirarnos a pensar que la vida no tienen ningún setido si somos tan insignificantes como una "manchita que limpiar".
La primera es la forma de verlo que me gusta; es la que te lleva de pensar a actuar sin pensarlo por meses. Todo este contenido se trata de eso de que si quieres hacer algo y es importante para ti, con eso es suficiente para hacerlo.
Pensar en que somos puntitos en el universo me reconforta porque al final del día todos somos igual de importantes; a escala cósmica no existen jerarquias o clases sociales. Somos parte de un todo que coexiste entre si día con día a través de los milenos de la humanidad.
Con este pensamiento cierro este año que me ha traido tanto, además de con este mismo pensamiento de humildad universal empezar el siguiente para ser más amable conmigo y lo que me gusta hacer y proyectar.
Eres una partícula del universo, tu existencia es practicamente un milagro; aprovéchala.
¿Cómo cerraste tu 2022? Eres importante, gracias por estar aquí.
-Un gran humano