Estoy convencida que la mente es un lugar. Un lugar al cuál sólo tienes acceso tú porque es tuya. Adentro de ella viven los pensamientos que vagan por todo el lugar sin descanso.
Existen dos tipos de pensamientos, los suaves y los duros; en esta entrada nos enfocaremos en los segundos. Los pensamientos duros son aquellos que llegan a irrumpir en la mente haciendo un desastre; son todos esos pensamientos que se tienen al sobrepensar cosas, pensar en el pasado, pensar en el futuro. Todos aquellos que nos causan angustia son por naturaleza duros.
Digo que son así porque son difíciles de procesar, son pesados y desgastantes y nos gustaría que se callaran, porque ellos gritan todo el tiempo haciendo retumbar a nuestra mente hasta que un pensamiento suave o alguna distracción los calma y aleja de nuestra atención.
A mi me invaden en cualquier momento; justo antes de dormir, a mitad de una conversación, en el transporte público e incluso en el baño.
Nos hacen cambiar de expresión en menos de tres segundos; de pronto tenemos la mirada perdida, no parpadeamos y una película de terror, nostalgia o cual sea el género está pasando por nuestra cabeza privando nuestra atención de cualquier otra cosa.
No me gustan los pensamiento duros pero tengo que aceptar que son de los que más tengo. Vienen en ráfagas a lo largo del día pero los pensamientos suaves como lo que tengo en el presente borran poco a poco la necesidad de pensar tan pesado.
¿Cuál es el pensamiento duro más recurrente para ti? para mi es el miendo inminente a la incertidumbre.
-Un gran humano
Comments